El mes de noviembre fue un mes prolífico en la celebración de eventos deportivos del máximo nivel futbolístico en Latinoamérica. Uruguay fue el país que hospedó las finales de la Libertadores masculina y femenina, así como la final de Copa Sudamericana.
En todos los partidos se utilizó el sistema de videovigilancia y control de acceso de Herta para inspeccionar mediante reconocimiento facial la entrada de impedidos. El operativo de seguridad fue catalogado como “impecable” por el Ministerio del Interior, puesto que no hubo incidentes ni ningún detenido durante los partidos que se disputaron.
Desde el año 2017, el estadio Centenario de Uruguay cuenta con un sistema de reconocimiento facial que ha demostrado ser una herramienta fundamental en la lucha contra la violencia, reduciendo de forma sostensible cualquier acto delictivo en las instalaciones. El sistema de análisis facial de Herta está también instalado en el Estadio Gran Parque Central y en el Campeón del Siglo para combatir la inseguridad en los espectáculos deportivos.
Los partidos que se disputaron en el Centenario fueron la final de la Copa Libertadores Masculina entre el Flamengo y el Palmeiras y la final de la Copa Sudamericana entre el Atlético Paranaense y el Red Bull Bragantino, todos ellos equipos brasileños, por lo que el riesgo de altercados entre aficiones que se conocen era elevado. Por otro lado, en el Gran Parque Central se disputó la final de la Copa Libertadores Femenina entre el Corinthians (Brasil) y el Independiente de Santa Fe (Colombia).
Una vez más, Uruguay ha demostrado ser un ejemplo mundial de uso de tecnología para hacer frente a un problema grave en el mundo del deporte. La violencia en los estadios puede ser ya cosa del pasado gracias al uso del reconocimiento facial y la apuesta firme de las instituciones uruguayas en su aplicación en los eventos deportivos a cualquier escala.